lunes, 3 de mayo de 2010

El sillón para leer

En Semana Santa, uno de esos días que no era festivo y no tenía obligaciones tales como trabajar, fui invitado a comer a casa de un amigo. Él dijo que yo ya había ido a esa casa. Yo pensaba que no, pero no se lo aseguré, hasta un rato después de comer, en que me enseñó el resto de la vivienda, y vi la habitación para la leer, con el sillón para leer. Cuando vi aquel sillón rodeado de libros en cada pared, miles de libros, estuve completamente seguro de que no había estado nunca allí, porque me habría fijado en eso. Cuando lo vi, me di cuenta de que ya no leo, y pensé que quizá es porque no tengo un lugar para leer, un sillón como aquél. Me dio mucha envidia. Pensé en todas aquellas veces en que he tenido ganas de tirar todos los libros porque no los puedo leer. Puede ser que no me haga falta un sillón, tal vez con una silla me conformaría. Al día siguiente, paseando por Alcalá de Henares, lo comenté con otro amigo, porque la existencia de ese sillón me había impactado, y mi amigo me dijo que él tampoco lee, que lleva un par de años sin leer. "Qué coincidencia", pensé. "¿Serán un par de casos aislados o una epidemia?", le dije. Pero él no respondió.

 

Esta Semana Santa me acordé de mi infancia y de mi juventud en que yo lo leía todo. Cuando iba al colegio me cogía 1 libro juvenil de la biblioteca del colegio antes de ir a casa a comer, a las 12 del mediodía, y al regresar para la clase de por la tarde, a las 3, ya me lo había leído. Para los fines de semana me prestaba la profesora, incumpliendo las normas de la biblioteca, 5 o 6 libros, porque si no, me aburría en casa. Cuando terminé con todo el catálogo de la biblioteca (las aventuras de Los Cinco, de Los Siete Secretos, de Los Hollister, de Guillermo), empecé a leer lo que había en casa, que era poco variado y realmente no para mi edad (las obras completas de Galdós, los libros sobre vida familiar y sexualidad de los años 70, y las novelas de Martín Vigil). Esta segunda etapa de mi vida de lector no sé hasta qué punto la aproveché, o hasta qué punto entendía lo que leía en ella. En mi casa no importaba lo que el niño, yo, leía, porque mi padre no me miraba cuando pasaba por el salón y me esquivaba para no tropezar conmigo, y mi abuela no sabía distinguir los libros, pero alguien de fuera de casa, un primo mío debió de darse cuenta de que la cosa no podía seguir así, que para un niño de 10 años no era esa la mejor lectura, y empezó a llenarme la habitación con libros de aventuras, y novelas de Julio Verne, y todo aquello que en su juventud había leído (me llevaba y me lleva 15 años). Y así leí otro tipo de libros más interesantes para mí que lo que poblaba mi casa. Y empecé a acumular en mi habitación miles y miles de libros, que la familia me compraba, porque cuando íbamos a algún supermercado o tienda, yo me paraba en la sección de ofertas de libros, y hasta que no me regalaban algo no me movía de allí. Como era un niño nervioso, aquella era la mejor forma de entretenerme, comprarme novelas de misterio de Agatha Christie y de Simenon, y de muchos autores cuyo nombre he olvidado, pero que están cerca de mí cuando escribo esto, en las paredes de mi habitación. Después, cuando pasé de los 15, cayeron en mi mano los best-sellers americanos. Y más tarde empecé a estudiar muchos idiomas y a tener libros en todas esas lenguas.

 

Ahora que me planteo dejar esta habitación que he ido llenando de libros diversos desde la infancia, me surge el dilema de qué hacer con ellos. Porque desde hace varios años no leo, y entre los que ahora tengo hay muchos libros que no he leído. Y pienso si el motivo de no leer es que no tenga un sillón para ello. Debe de haber un momento en que dejé de hacerlo. No fue al entrar internet en mis tardes, no, ni fue al cambiar de trabajo ni al producirse algún cambio importante en mi vida. ¿La culpa es de los libros? ¿Los libros ya no me dicen nada? ¿Fue de repente y no recuerdo cuándo ni por qué o fue progresivamente? Ahora que me voy a ir a vivir a otro sitio, una de las cosas que más ilusión me hace es tener un lugar para leer, quizá me consiga yo un sillón como ese de mi amigo, para leer, para ver si vuelvo a leer. Y me planteo la cosa más importante: ¿si tuviera un sillón para leer, leería? Acabo de caer en la cuenta de que no le pregunté a mi amigo si él le daba el uso correcto a ese sillón.

 

nico guau

25 comentarios:

Lou dijo...

..me encantan esos rincones en las casas: sillón, lamparita y estanterías con muchos libros: rincones para leer, estéticos rincones que en muy pocas casas cumplen su misión, pero son preciosos rincones..,
nico, te va a dar igual tener tu sillón de leer para leer, lo importante es tener el libro para leer,

lector swift dijo...

yo creo que con un buen sillón volverás a leer, será tu sillón, cogerá la forma de tu culo y tu espalda, adquirirás esas poses de intelectual que lee en su sillón, recibirás a tus amigos en el sillón, dejarás de levantarte a hacer cosas porque el sillón te atrapará en su espacio, empezarás a construir la casa a partir del sillón,

por otra parte, si quieres desprenderte de los libros que llevas acumulando desde la infancia prueba a buscar bibliotecas de barrio, estoy seguro de que estarían muy interesadas en tu colección de libros, descartada la opción sobrinos porque los sobrinos ya no leen, igual algún hijo o sobrino de tus amigos, alguna rara avis, que deben quedar por ahí, y hacer lo que hizo tu primo contigo, abrirle mundos y puertas y ventanas

Mc. dijo...

yo desde que me independice, ya no leo

peter gunn dijo...

yo cuando era crio también me leía 6 u 8 libros a la semana, y también hice corto los libros de mi edad en la biblioteca de mi pueblo, y poco a poco dejé de leer..
ahora después de mucho tiempo he vuelto a leer, y no tengo un sillón para eso, igual lo que necesitamos son periodos de desconexión,,

Mc. dijo...

claro que,,, tampoco leia antes de independizarme. 1 libro cada 2 meses o menos. voy por sagas. me enganche a harry potter. mas tarde a las cronicas vampiricas (anne rice). no se si leerme crepusculo y su saga, dicen que es para chicas.

peter gunn dijo...

tanto vampiro no puede ser bueno

Mc. dijo...

ya ya ya ya

lola dijo...

yo creo como dice p.g. que necesitamos desconexión, demasiada información puede saturarnos,
yo antes leía todo el tiempo, un libro a la semana más o menos, pero yo sí que dejé de leer por culpa del trabajo, tanto rato aguantando escuchando las historias de la gente hizo que perdiera el interés en que me contaran más historias por escrito, ahora solo leo cosas sobre el cerebro y su funcionamiento, pero eso no es como leer,
y macacas, crepúsculo seguramente es para chicas, para chicas de quince años, pero harry potter no va mucho más allá y las crónicas vampíricas me parecieron malísimas después de entrevista con el vampiro, sagas hechas para hacer dinero,
pásate a hesse o a cortázar

Mc. dijo...

harry potter esta bastante bien, mas allá de lo in-trascendental de la historia y lo banal que pueda ser, resulta una trama que te atrapa desde el segundo libro.

le pasa, al contrario que ha las cronicas, que cada libro es mejor que el anterior.

El libro estrella de las cronicas, perdona que te corrija, queridiiisima lola, es Lestat el vampiro, el segundo, que le da, según mi juicio, 1000 vueltas al primero, sobre todo si has leído entrevista antes. Despues, es cierto que flojea, pero tengo debilidad por los vampiros, desde hace años

lola dijo...

me da igual que me corrijas porque no voy a cambiar de opinión, confesiones de un vampiro -mi libro era así y no entrevista, lo acabo de recordar- no tiene ninguna calidad literaria, pero tiene algo a favor y es que tiene la mitad de páginas que el resto de la serie,
a mí me encantan los vampiros, pero prefiero las historias de polidori, le fanu, gautier y todos los clásicos, que desde luego presentaban vampiros más acordes con la idea de lo que es un vampiro, no esos chulos que parecen sacados de un videoclip o de una pasarela,
y no dudo de la trama de harry potter, dudo de la calidad del planteamiento de la trama -lo que es el uso del lenguaje y esas cosas hoy en día poco apreciadas-
gracias por el exceso de ies en queridísima

Mc. dijo...

tendrás razón, la calidad del lenguaje será pobre. sin embargo, al leer

angel cristo ha muerto
o
expira la vida de angel cristo

por ejemplo, me parece que la tragedia es la misma, la historia y el mensaje me calan hondo, de identica manera, aunque el metodo esté, quizas, mas trabajado en uno que en otro. pero es cosa mia, por leer poco. Me resulta que cuando en algún texto se trabaja demasiado el léxico y la sintaxis, en ocasiones, tengo que pararme a pensar que es lo que quiere decir exactamente, perdiendo atención al fondo, a lo que me cuentan. Estoy segurisimo de que hay libros sobre geología con mas calidad literaria que harry potter, incluso podrían escribirse en verso, sin embargo, seguirían sin llamarme la atención.

lola dijo...

yo creo que la lectura, como todo lo demás, es algo que ha de ejercitarse, la primera vez que leí a joyce tuve que leer diez veces cada maldita frase para comprender lo que quería decir, ahora lo entiendo a la primera y me sigue pareciendo un peñazo, pero un peñazo con clase,
de todos modos me parece importante que los escritores cuiden el lenguaje, no en vano son los transmisores del idioma y de la cultura, que se lee cada cosa por ahí,,,

Mc. dijo...

leer cada vez tiene menos que ver con el entretenimiento.

lola dijo...

noo, por qué?
para ti leer es entretenerse
para mí leer es aprender
cada uno le da la intención que le parezca,
pero entretenimiento y calidad no deben estar reñidos,

peter gunn dijo...

no, entretenimiento y calidad no deben estar reñidos, otra cosa es el concepto de calidad que se tenga,
para mí la calidad está en el ingenio, no en el exceso de ornamentación, me da lo mismo que esté escrita usando un lenguaje coloquial,
hombre, si lo tiene todo ya es la leche

lola dijo...

nada de exceso de ornamentación, simplemente molestarse en encontrar la palabra adecuada y sobre todo no estar repitiendo lo mismo capítulo tras capítulo con el único fin de llenar páginas -será que cobran por grosor del libro-
de todos modos hace años mi tía me aconsejó que me leyera la versión reducida de los hermanos karamazov en lugar de la original, diciendo "si quería (dostoievski) que lo leyéramos entero que lo hubiera escrito menos denso"
elfriede jelinek, por ejemplo, no utiliza ornamentación alguna, y sin embargo es la escritora más dura que he leído

peter gunn dijo...

claro, utilizar el léxico adecuado está bien, pero yo le doy más importancia al fondo,por ejmplo en lo mejor que le puede pasar a un cruasán, el primer libro de p. tusset -el resto son más fojos- utiliza un lenguaje corriente y sin embargo me parece un libro de lo más entretenido..

ese te gustara mc.

lola dijo...

ay, creo que no me estáis entendiendo,
si es que ya lo dicen los expertos, el lenguaje es una chapuza del cerebro, y sirve más para crear confusión que para entendernos,
va a ser eso,

Lou dijo...

... pues en mi caso sí es así, cuando intento hablar para esclarecer algo, termino empantanándolo tó,

peter gunn dijo...

yo es que a veces soy un poco duro también

Mc. dijo...

yo creo que la buena literatura esta bien por que es buena y la mala esta bien por que parece que la han hecho con el culo

swift dijo...

qué gran frase niculista, macacas

lola dijo...

dan brown es un grandísimo niculista entonces
y ken follet otro

peter gunn dijo...

subestimais el culo

javiswift dijo...

, la ubicuidad del culo