lunes, 19 de octubre de 2009

monogatari,

érase una vez un hombre que se levantó una mañana y se habían comido sus compañeros de piso todo lo que pudiera ser desayunado en esa casa,
 
salió a la calle sin desayunar, pero hubo tal atasco en los autobuses que llegó con el tiempo justo al trabajo y no pudo desayunar en el bar,
 
en el descanso de a media mañana quiso salir a comer algo, pero le llamó el jefe al despacho para que le solucionase no sé qué y tuvo que hacerlo, claro, porque era el jefe,
 
pasada ya la hora del descanso, sin haber descansado, trabajó y trabajó y las tripas le rugían y le rugían, y era muy incómodo,
 
y después las tripas le seguían rugiendo,
 
fue al baño y se acercó a la máquina a ver si había algo de comer, y pensó, qué tonto, ¿por qué no me habré dado cuenta antes?,
pero dio igual, pues la máquina estaba estropeada, así que volvió a su puesto sin mear, pues no tenía nada que mear, ya que las tripas estaban vacías,
 
y llegó un momento en que las tripas se lo comieron a él,
 
pobre imbécil,

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