domingo, 11 de enero de 2009

aquel queso

una vez mi abuela la de aquí, la de casa, bajó a la calle y compró un pedazo de queso, en una tienda de chinos;
 
ya no podía ir muy lejos a comprar, así que la única tienda que tenía cerca era la de los chinos y entró porque claro, a su manolito le tenía que dar queso, ya que nadie en casa me daba queso, ya que en casa no se podía comer queso, ella tenía que romper la norma y dar a su manolito queso,
 
el pedazo de queso que compró era muy pequeño, estaba envasado al vacío, y costó muy caro, pues por lo menos unas 5000 pesetas el kilo, lo calculé a ojo, pues llevaba el precio puesto cuando me lo dio, y lo abrí y realmente estaba bastante malo, muy malo, pero a ella le hizo una ilusión tremenda... a mí me duró muchísimo, pues fue un gesto del que yo no podía hacer desaparecer la prueba enseguida; yo estaba incómodo porque sabía que había costado mucho (3'80 el pedazo de unos 100 g, del peor queso de la historia de los quesos mundiales), pero me lo había traido con tanta ilusión que fue el mejor queso de mi vida, hará 3 años o 4 y aún me acuerdo de cada detalle;
 
me apetece queso ahora, pero la norma se sigue imponiendo en esta casa, y ella ya no puede traerme más queso,
 
si no había queso, me hacía una tortilla de patatas, era así ella,

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