jueves, 6 de noviembre de 2008

perdido

(homenaje a esos que me rodean que de vez en cuando hablan de una serie de televisión que tiene un nombre similar)


existió una vez un hombre que empezó a perder partes de su cuerpo


primero perdió una pierna


entera


luego, un día, perdió un brazo


después el pie que le quedaba


dos meses después se levantó y entre la cama y el desayuno perdió una oreja, la izquierda concretamente


fue a trabajar, como siempre


y esa misma tarde de ese fatídico día perdió el pulgar de la mano que aún tenía


se acostó resignado, no sin antes perder las pestañas y uno de los agujeros de la nariz


a la mañana siguiente perdió el índice y el anular, ya sólo le quedaban dos dedos


aunque pensó en llamar en ese mismo momento a la oficina para decir que se encontraba mal, finalmente no lo hizo, y siguió con su rutina


la tarde de ese día, en casa, se iba a morir


estaba dispuesto



pero no lo hizo,

el muy imbécil

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